Cartero y telefonista de profesión, enseñante de vocación.
Don Paulino Suances Romín, fue vecino del núcleo pesquero de Las Galletas, desde que en 1939 emigrara a Canarias desde la Provincia de Palencia por razones económicas y profesionales. Aquí se asentó y afianzó raíces profesionales, personales y afectivas con sus vecinos y vecinas hasta que el día de San Juna de 1960 falleció. Según las fuentes orales, es sabido que, los valores sociales que impregnaban la personalidad de Don Paulino, hizo que su labor fuera más allá de los límites de sus obligaciones profesionales, dedicando las tardes, tras su jornada laboral, a la alfabetización de los niños y niñas de las pocas familias de pescadores que por aquel entonces vivían en Las Galletas. Asimismo, la gente de este núcleo acudía a él para que le leyera alguna carta recibida por un familiar o le orientara y ayudara en las gestiones administrativas.
Durante las primeras décadas del siglo XX existió una alarmante carencia de escuelas en Arona en general y en Las Galletas en particular. Los elevados índices de analfabetismo estuvieron propiciados por el aislamiento del municipio, la escasa profesionalidad de los maestros y su constante vaivén. Esta carestía, en el núcleo de Las Galletas se suplió con las enseñanzas de las primeras letras que personas como Don Paulino Suances Romín, que consciente de la situación de abandono del mismo, en el campo de la enseñanza, colaboró de un modo altruista en la instrucción de los habitantes de este núcleo hasta que a mitad de los años 50 del siglo XX se creó la primera escuela pública y funcionó de manera estable en Las Galletas.