Si por algo llama la atención parte del paisaje del sur de Tenerife, sobre todo cuando se aborda desde el Valle de Gü.mar, es la existencia de una región definida por una geología singular, caracterizada por la presencia de piroclastos sálicos indiferenciados2. Un entorno donde los tonos cremas y ocres lo suelen definir, al tiempo que establecen un significativo contraste visual frente a otros materiales volcánicos distribuidos en el territorio.